Comunidad internacional lanza advertencia a Honduras por crisis poselectoral y retrasos en la declaratoria

Tegucigalpa.– La crisis política poselectoral en Honduras ha encendido las alarmas de la comunidad internacional. Desde Washington, la Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado de Estados Unidos calificó como “profundamente preocupante” que partidos y candidatos continúen perturbando el proceso electoral, poniendo en riesgo la culminación oficial de los resultados y la estabilidad democrática del país.

El pronunciamiento estadounidense marca un punto de inflexión en la presión internacional sobre Honduras. Estados Unidos fue claro al señalar que es imperativo que todos los actores políticos cumplan con sus obligaciones para permitir que el Consejo Nacional Electoral (CNE) finalice el escrutinio y emita la declaratoria conforme a la ley. El mensaje no deja espacio a ambigüedades: quien obstruya o retrase el trabajo del ente electoral enfrentará consecuencias.

“El pueblo hondureño ha esperado demasiado”, advierte el comunicado, una frase que refleja el creciente malestar internacional ante la incertidumbre prolongada. Aunque no se detallan las medidas que podrían adoptarse, el tono del mensaje deja claro que Washington observa con atención cada movimiento del proceso electoral hondureño.

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La advertencia estadounidense coincide plenamente con la postura de la Organización de los Estados Americanos (OEA), que también ha expresado su preocupación por los retrasos y las tensiones políticas. Desde el organismo hemisférico se ha insistido en que el CNE debe cumplir su obligación constitucional de certificar las elecciones antes del 30 de diciembre, respetando la voluntad expresada en las urnas el pasado 30 de noviembre.

La OEA, a través de sus pronunciamientos públicos, ha llamado a todos los actores políticos a actuar con responsabilidad y a evitar cualquier acción que pueda poner en riesgo la paz social y la estabilidad democrática del país. Para el organismo regional, el momento es crítico y no admite cálculos partidarios ni maniobras dilatorias.

A 22 días de celebradas las elecciones generales, la incertidumbre persiste. Aunque las consejeras del CNE, Cossette López y Ana Paola Hall, han reiterado su compromiso de emitir la declaratoria en tiempo y forma, amplios sectores de la sociedad temen que intereses políticos estén intentando bloquear deliberadamente el cierre del proceso.

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En ese contexto, crece la preocupación por un escenario aún más delicado: que ante la falta de una declaratoria oficial sea la Comisión Permanente del Congreso Nacional la que asuma funciones que no le corresponden, abriendo la puerta a un desenlace altamente cuestionado y a una crisis institucional de mayores proporciones. Analistas advierten que este vacío podría ser utilizado para favorecer al partido Libre, pese a que su candidata obtuvo alrededor del 20 % del respaldo electoral.

Así, a las puertas de la Navidad, Honduras vuelve a quedar bajo la lupa internacional. Mientras la ciudadanía que cumplió con su deber cívico observa con frustración el desarrollo de los acontecimientos, la advertencia de Estados Unidos y la OEA deja un mensaje inequívoco: la voluntad popular debe respetarse y el proceso electoral debe concluir sin más dilaciones. De lo contrario, el costo político e internacional podría ser alto para el país.

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