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Honduras toca fondo: un equipo sin alma cae 2-0 ante Nicaragua y deja escapar el boleto al Mundial 2026
Tegucigalpa.- La Selección de Honduras volvió a decepcionar en el peor momento. Lo que debía ser una noche para acercarse al Mundial 2026 terminó convirtiéndose en un capítulo doloroso: derrota 2-0 ante Nicaragua, en un Estadio Nacional de Managua que celebró cada error catracho como si fuera una final.
La Bicolor, irreconocible y sin carácter, fue superada por un rival que creyó, atacó y aprovechó cada espacio que dejó un equipo hondureño lleno de dudas.
Golpe temprano y apagón general
El desastre comenzó muy pronto. Cuando Honduras aún intentaba acomodarse, Nicaragua encontró el primero: Bancy Hernández, mano a mano y sin marca, definió con calma al minuto 13, premiando la intensidad pinolera y castigando la pasividad catracha. Antes, Édrick Menjívar ya había tenido que salvar al equipo con un atajadón a los 3’ tras un bombazo de Jaime Moreno, señal temprana de lo que se venía.
Honduras tuvo momentos aislados de reacción. Luis Vega probó al 32’ y al 41’, pero siempre apareció el arquero Alyer López, quien jugó el partido de su vida. Del otro lado, Nicaragua también rozó el segundo en un contragolpe de Moreno al 28’, un aviso que los catrachos no quisieron ver.
Un segundo tiempo de impotencia
Tras el descanso, Romell Quioto despertó la esperanza con un potente zurdazo al 47’, otra vez detenido por López. Arriaga intentó desde lejos al 58’, pero el balón no quiso entrar. Honduras empujó, pero sin claridad: cada ataque era predecible y sin sorpresa.
Los cambios tampoco resolvieron nada. El ingreso de “Machuca” Ramírez, Devron García, Dereck Moncada y Jorge Álvarez no logró darle vida a un equipo que se hundía entre la ansiedad y la falta de ideas. Las tarjetas a Getsel Montes y Machuca solo reflejaron la frustración colectiva.
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El golpe final: Nicaragua sentenció a una Honduras sin alma
Cuando quedaba poco y Honduras parecía rendida, llegó el balde de agua fría definitivo. Jaime Moreno, la figura del partido, soltó un zurdazo letal al 81’ para el 2-0. Un gol que derrumbó toda esperanza y confirmó una realidad dolorosa: Honduras perdió porque jugó sin convicción, sin estructura y sin jerarquía.
Aún líderes, pero con un futuro que se ve oscuro
Aunque la Bicolor sigue como líder del grupo C, la clasificación directa se ha complicado seriamente. El equipo mostró lapsos de control, sí, pero nunca tuvo la profundidad, la agresividad ni el orden necesarios para imponerse ante un rival que sí creyó en lo que hacía.
El silbatazo final dejó un silencio incómodo: Honduras no solo perdió un partido, perdió credibilidad, rumbo y la confianza de una afición que ya no sabe qué esperar.
Una selección que necesita una sacudida profunda, porque así, jugando como un fantasma, el sueño mundialista es solo una ilusión que se desmorona día a día.
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