María Antonieta Mejía afirma que el pueblo “sacó al familión” y acusa a Libre de intentar un golpe electoral

Tegucigalpa.- La candidata a designada presidencial del Partido Nacional, María Antonieta Mejía, aseguró que el pueblo hondureño ya cumplió su misión en las urnas al “sacar al familión” del poder y afirmó que su partido continuará defendiendo la democracia, las libertades y el respeto a la voluntad popular expresada el pasado 30 de noviembre.

Mejía sostuvo que, desde el cierre de las votaciones, el Partido Nacional ha hablado con actas en mano, subrayando que los resultados documentados reflejan con claridad la decisión del electorado. “Nosotros con acta en manos hemos venido diciendo dato mata relato, hemos hablado con la verdad y con los papeles”, expresó, al señalar que las cifras han sido contundentes frente a los cuestionamientos del Partido Liberal y del Partido Libertad y Refundación (Libre).

En ese contexto, indicó que, al momento de sus declaraciones —con 395 actas aún pendientes de escrutinio especial—, el candidato presidencial Nasry Asfura se mantiene al frente con una ventaja de 28 mil 163 votos, lo que, a su juicio, confirma una tendencia clara e irreversible a favor del Partido Nacional.

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La dirigente nacionalista reafirmó además su respaldo a las consejeras del Consejo Nacional Electoral (CNE), Ana Paola Hall y Cossette López, a quienes calificó como garantes del proceso democrático frente a las presiones políticas. Según Mejía, los ataques y denuncias contra ambas consejeras buscan intimidar y deslegitimar la declaratoria final de elecciones.

En contraste, acusó directamente al consejero Marlon Ochoa de intentar propinar un “golpe al Estado de derecho”, al anunciar nuevas acciones legales contra las consejeras del CNE. “Eso es cobardía de un partido que no ha aceptado la derrota en las urnas”, afirmó, al señalar que estas maniobras evidencian la negativa del oficialismo a reconocer los resultados electorales.

Finalmente, Mejía recordó que, ante los ojos de la comunidad internacional, el proceso electoral ha sido transparente, aunque con dificultades propias de su magnitud. A su criterio, la actual crisis no es producto de irregularidades en las urnas, sino de una fabricación política que busca irrespetar

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