Sosa enfatizó la arraigada costumbre de dudar de cualquier indicio de progreso nacional, mientras se elogia y celebra cualquier signo de deterioro.
Esta perspectiva, según él, impregna la cultura política del país, erosionando la credibilidad de las instituciones estatales.
“Estamos acostumbrados que cuando cualquier cosa que el país medio mejora, no se puede creer y cualquier cosa que el país empeora, se aplaude y se felicita y eso no se cuestiona”
Esta semana, Sosa anunció una disminución en la tasa de desempleo en Honduras, pasando de 325 mil a 250 mil desempleados.
Sin embargo, estas cifras son objeto de escrutinio por parte de expertos en la materia quienes cuestionan su veracidad.
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El director del INE señaló que la sociedad hondureña está inmersa en una dinámica en la que se desconfía sistemáticamente de cualquier información proveniente del Estado.
Enfatizó que los datos en cuestión corresponden al cierre del año 2023 y recordó que las estadísticas relacionadas con los niveles de pobreza fueron fuertemente cuestionadas.
Sosa destacó una contradicción interesante al observar que cuando las mismas cifras son utilizadas por organizaciones como la ASJ o el Fosdeh, se convierten en noticia relevante, sin que nadie las cuestione.
Esta discrepancia, según él, debería reorientar el debate hacia problemas más fundamentales, como el empleo y la pobreza.
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