Educación y nivel de vida desvinculados en Honduras

En Honduras, la educación ya no garantiza una mejor calidad de vida, según advierte la ex rectora Julieta Castellanos.

Honduras.- En una reciente declaración, Julieta Castellanos, ex rectora de la UNAH planteó una realidad que sacude los cimientos de las percepciones arraigadas: la educación ya no se percibe como una condición necesaria para mejorar el nivel de vida o alcanzar una posición social en Honduras.

La socióloga hondureña apuntó a una serie de factores que han moldeado esta transformación de paradigma.

En décadas pasadas, particularmente en los años 70 y 80, el título universitario fungía como una especie de pasaporte hacia la seguridad laboral.

Sin embargo, en tiempos más recientes, esta seguridad se ha erosionado considerablemente.

La ex rectora destacó cómo la falta de empleo en el país ha alcanzado proporciones alarmantes, desafiando la noción de que la educación superior garantiza oportunidades laborales.

“Hay muchos factores que intervienen para que la educación ya no se conciba como condición necesaria para mejorar el nivel de vida ni para ascender socialmente”, dijo este lunes la socióloga hondureña.

El fenómeno de la migración, en este contexto, emerge como una respuesta a la escasez de opciones dentro del territorio hondureño.

Los jóvenes se enfrentan a la disyuntiva de abandonar sus estudios universitarios ante la incertidumbre de encontrar trabajo en su campo de especialización.

La migración, una vez considerada una medida extrema motivada principalmente por conflictos políticos en la región centroamericana, se ha convertido en una alternativa cada vez más plausible en busca de mejores horizontes laborales.

El análisis de Castellanos no se limita a la situación actual, sino que traza una línea de tiempo que revela una tendencia preocupante: el incremento constante en el deseo de emigrar en los últimos 14 años.

Esta tendencia se materializa de manera elocuente en la generación más joven, donde el deseo de abandonar el país se manifiesta incluso en niños de tercer a octavo grado.

Las palabras de la socióloga hondureña resuenan con una advertencia clara: si no se abordan de manera efectiva la pobreza, el desempleo y la inseguridad, el flujo migratorio continuará en aumento en Honduras.

Esta reflexión no solo arroja luz sobre los desafíos actuales que enfrenta el país, sino que también invita a una profunda introspección sobre el papel de la educación y el empleo en la construcción de un futuro sostenible para las generaciones venideras.

Las declaraciones de Julieta Castellanos constituyen un llamado urgente a la acción, instando a las autoridades y a la sociedad en su conjunto a abordar las raíces profundas de la crisis educativa y laboral que amenaza con perpetuar la espiral migratoria en Honduras.