HONDURAS
Flujo migratorio amenaza institucionalidad nacional
El incremento del flujo migratorio pone en riesgo la estabilidad institucional de Honduras, advierte el Conadeh.
Honduras.- El Comisionado Nacional de los Derechos Humanos (Conadeh) ha emitido una advertencia preocupante que resuena en los cimientos de la institucionalidad hondureña.
De acuerdo con este organismo, de no implementarse medidas preventivas de manera inmediata, se vislumbra un escenario sombrío para el país hacia finales del primer trimestre del 2024: un posible colapso ante el continuo aumento del flujo irregular de migrantes a través del territorio hondureño.
Los datos revelados son contundentes y alarmantes
Durante el período comprendido entre el 1 y el 28 de enero del presente año, un total de 32,970 individuos provenientes de casi un centenar de naciones han transitado por Honduras.
Esta cifra representa un incremento sustancial en comparación con años anteriores, con un aumento del 100% respecto al mismo lapso temporal del 2023 y una cifra notablemente superior al 2022.
La magnitud de este fenómeno migratorio es evidente en la diversidad de nacionalidades representadas, abarcando regiones como el Caribe, Centro y Suramérica, África, Asia y Europa.
Destacan grupos significativos de venezolanos, cubanos, haitianos y ecuatorianos entre los que transitan por el país.
Sin embargo, más allá de las cifras, las implicaciones humanitarias y socioeconómicas son profundas y complejas.
El aumento del flujo migratorio ha expuesto vulnerabilidades y desafíos sistémicos, incluidos atropellos como el alto costo del transporte para los migrantes, la venta de permisos falsificados y la detección de casos de explotación y falsificación de documentos públicos.
El delegado Departamental del Conadeh en El Paraíso, William Alvarado, subrayó la importancia de activar grupos de respuesta institucional antes de que la situación alcance niveles críticos.
Es esencial que las autoridades nacionales coordinen acciones efectivas, incluyendo la habilitación de instalaciones adecuadas para la atención humanitaria, como la Casa para el Migrante Irregular, cuya construcción debe acelerarse para satisfacer la demanda creciente.
Además, se requiere una revisión urgente de las políticas locales que impactan directamente en la seguridad y bienestar de los migrantes.
Casos como el cobro de tarifas adicionales a las unidades de transporte que transportan migrantes, especialmente en municipios como Trojes, deben ser abordados con prontitud para garantizar la protección de los derechos fundamentales y evitar la explotación económica de esta población vulnerable.
Es crucial reconocer que el flujo migratorio, si bien presenta desafíos, también puede aportar beneficios económicos locales.
Sin embargo, estos beneficios deben ser equitativamente distribuidos y no deben comprometer la integridad ni los derechos de los migrantes.
El llamado del Conadeh es claro: la situación actual exige una respuesta integral y coordinada que salvaguarde los derechos humanos, proteja la dignidad de los migrantes y fortalezca la capacidad institucional del país para afrontar este desafío de manera sostenible y humanitaria.
En última instancia, la capacidad de Honduras para manejar este flujo migratorio no solo definirá su futuro inmediato, sino también su integridad como Estado democrático y respetuoso de los derechos fundamentales.