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Opinión

La OEA y su exitoso golpe de Estado en Bolivia

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En el informe preliminar de la Organización de Estados Americanos (OEA), divulgado este día, dicha organización internacional bajo el mando de Estados Unidos a través del Secretario General Luis Almagro, dijeron no reconocer el proceso electoral desarrollado el pasado 20 de octubre en Bolivia, por considerar que los comicios electorales estuvieron viciados, por tanto, recomendaban desarrollar de nuevo el proceso electoral, ya que ellos, no reconocían los resultados que daban como ganador al indígena Evo Morales.

Además, la Unión Europea, días atrás también se sumó a las exigencias de la OEA, y apelaron a que se repitieran las elecciones en el país suramericano, a sabiendas, que América del Sur ha sido un bastión histórico de la izquierda, muestra de ello, fue la reciente victoria del izquierdismo en Argentina, las constantes protestas en Chile y Ecuador contra el modelo neoliberal y, el rotundo rechazo del pueblo al fascismo impulsado en Brasil a través de Jair Bolsonaro.

Las pretensiones de la OEA no se quedarían solamente en dar un informe del proceso electoral, sino, fueron más allá de ello, y como los Estados Unidos son los principales amos y señores de la organización internacional, comenzaron a financiar grupos opositores al gobierno de Morales, quienes además de contar con la venia estadounidense, lograron sumar a sus filas a desertores policiales, y con ello, comenzaron a hacer ataques violentos a funcionarios del gobierno boliviano.

Evo Morales, quiso a todas luces detener el golpe de Estado orquestado por Washington, y como primer paso, propuso un diálogo nacional a la oposición, para que en conjunto se buscaran soluciones a la crisis política y social que atravesaba el país suramericano; no obstante, los opositores al servicio imperial decidieron no ser partícipes del dialogo.

Siempre en el marco de frenar los intentos golpistas, el presidente boliviano se adelantó al informe de la OEA y convocó nuevamente a elecciones este domingo; pero tan solo pasaron unas horas, cuando la seguridad de Morales recibió un intento de soborno, el cual, les dejaría miles de dólares si entregaban a Morales, y minutos más tarde, el jefe de las Fuerzas Armadas de Bolivia, exigió la renuncia del mandatario.

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A todas luces, se ve que la renuncia de Evo Morales no fue voluntaria, si no que forzada, ya que existía la potente amenaza de comenzar una guerra civil financiada e impulsada por las fuerzas imperialistas que azotan y persiguen a los pueblos progresistas necesitados de un cambio.

Ante la latente amenaza de una guerra civil, y sumado a ello, la violencia extrema utilizada por grupos opositores, quienes secuestraron alcaldes, y quemaron la casa de la hermana de Evo; la única opción para el ex mandatario fue dimitir a su cargo, para frenar la violencia que con ayuda internacional, amenazaba con quitarle la vida a cientos de bolivianos.

Evo Morales será recordado por sus increíbles logros en Bolivia, entre ellos: Logró reducir el analfabetismo del 13% al 2%, la desocupación pasó del 9,2% a 4,1%, la pobreza moderada del 60% al 34% y finalmente la pobreza extrema pasó de un 38% a un 15%.

Honduras en el año 2017 pasó por un ´proceso similar al de Bolivia, pero en este caso, la OEA y EEUU dieron un respaldo total al ilegítimo gobierno de derecha encabezado por Juan Orlando Hernández.

Tan solo pasarán 6 años, para que el pueblo boliviano lamente haber estado a favor del golpe de Estado, y será demasiado tarde, porque la derecha, no dejará nunca más, que los pueblos tomen el poder en Bolivia, sumado a ello, el racismo hacia los pueblos originarios será creciente cada vez más, y no descansarán, hasta sepultar sus

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