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HONDURAS

Más de 11 mil niños hondureños deportados en lo que va del año

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Con más de 11,000 niños y adolescentes hondureños deportados en lo que va del año, la Directora de Dinaf, Lizeth Coello, destaca la necesidad urgente de proteger a estas familias vulnerables y reorientar esfuerzos gubernamentales para brindar apoyo integral.

Honduras.- En lo que se ha convertido en un fenómeno preocupante, más de 11 mil niños y adolescentes hondureños han sido deportados hasta septiembre de este año, según datos proporcionados por la Dirección de Niñez, Adolescencia y Familia (Dinaf) y su titular, Lizeth Coello.

La magnitud de esta cifra es impactante: 11,233 menores, la mayoría de los cuales fueron retornados desde Estados Unidos, han regresado a Honduras en un contexto complejo, poniendo en relieve la necesidad urgente de medidas integrales y efectivas para salvaguardar sus derechos y bienestar.

«Estos 11 mil 233 niños y adolescentes devueltos representan a familias enteras que el Estado tiene la obligación de proteger», afirmó Coello, subrayando la responsabilidad gubernamental en la atención y salvaguardia de estos menores.

La distribución de los retornados revela una realidad multifacética: ocho mil provienen de Estados Unidos, dos mil de México, 200 de Guatemala y nueve de Belice.

Esta diversidad geográfica refleja la complejidad de las rutas migratorias y las diferentes dinámicas que enfrentan los menores en su camino de retorno.

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La vulnerabilidad de estos niños y adolescentes es patente, destacada por la directora del Dinaf al mencionar que cuatro mil 353 son niños de entre cuatro y cinco años, un grupo especialmente frágil que necesita atención especializada y cuidado.

El panorama se complica aún más al descubrir que 277 adolescentes fueron deportados solos, sin la compañía de sus familias, lo que plantea desafíos adicionales en términos de protección y reintegración.

La respuesta del Estado, según Coello, se centra en reorientar los esfuerzos para trabajar directamente con las familias y asegurar su acceso a los proyectos gubernamentales desplegados a nivel nacional.

Esta estrategia busca abordar no solo las necesidades inmediatas de los menores retornados, sino también proporcionar un apoyo sostenible a sus familias en Honduras.

Un aspecto alentador es el hecho de que casi la mitad de los menores deportados, cuatro mil 987, fueron atendidos estando acompañados por su familia completa, lo que ofrece una base para trabajar en términos de integración y apoyo familiar.

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El desafío de la reintegración de estos menores en la sociedad hondureña no puede ser subestimado.

Requiere un enfoque interdisciplinario, involucrando a diferentes entidades gubernamentales, organizaciones no gubernamentales y la sociedad en su conjunto para garantizar un ambiente seguro y acogedor para estos niños y adolescentes.

En un contexto donde la migración de menores se vuelve cada vez más recurrente, la atención y el apoyo continuo a estos niños y adolescentes deben ser prioridades fundamentales para el Estado hondureño, no solo como una obligación legal, sino como un imperativo moral y humanitario.

El reto, en última instancia, radica en crear un entorno que promueva el bienestar integral de estos menores, brindándoles oportunidades reales para un futuro seguro y próspero en su país de origen.

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