Capital hondureña: 60 % de sus habitantes viven en zonas de riesgo

La capital de Honduras enfrenta una realidad crítica: el 60 % de sus residentes reside en zonas de riesgo, advierte el alcalde. Una situación alarmante que demanda acciones inmediatas para garantizar la seguridad urbana.

Honduras.-En una revelación preocupante, el alcalde de la capital, en una declaración reciente, ha señalado que el 60 % de los residentes de la ciudad se encuentran viviendo en zonas de riesgo.

Tegucigalpa, la metrópolis vibrante y bulliciosa de Honduras, se enfrenta a un dilema existencial que ha marcado la vida de más de la mitad de sus habitantes.

Un revelador informe emitido por el alcalde Jorge Aldana ha sacado a la luz una realidad inquietante: el 60 % de los 1,5 millones de residentes de esta capital se encuentran viviendo en zonas de riesgo, una situación agravada durante la temporada de lluvias.

Esta alarmante revelación ha desatado una ola de preocupación en la ciudad, revelando la magnitud de la vulnerabilidad que enfrenta su población.

Aldana, con una mezcla de urgencia y compromiso, destacó que «recibimos una ciudad que tiene un millón y medio de habitantes, de los cuales 800.000 viven en zonas de riesgo.

La situación nos revela que la sociedad que tenemos es de las más vulnerables del mundo».

La negligencia del pasado ha dejado cicatrices profundas en la ciudad.

La falta de un plan de ordenamiento territorial ha llevado a que gran parte de la población se encuentre viviendo al filo del peligro.

Aldana, un periodista convertido en alcalde, enfatizó la necesidad de un plan que evite que futuras generaciones enfrenten las mismas consecuencias devastadoras que afligen a tantos hoy.

Las comunidades de Reparto, Ulloa, Guillén y El Edén han sido identificadas como epicentros del riesgo en esta ciudad, donde las reminiscencias mineras en las elevaciones más altas evocan el pasado de explotación de plata.

En un intento por combatir esta realidad, el alcalde resaltó la identificación de 80 puntos críticos que requieren atención urgente.

Se han destinado esfuerzos significativos en infraestructura tanto gris como verde, como el ambicioso proyecto del Bosque Berta Cáceres, abarcando aproximadamente 24 hectáreas en el extremo este de la ciudad.

No obstante, la lucha de Tegucigalpa va más allá de la geografía y los riesgos geológicos. La carencia de servicios básicos, particularmente el acceso al agua potable, es otro desafío que enfrenta una gran parte de la población.

El alcalde enfatizó que al menos el 40 % de los habitantes carece de acceso directo al agua potable, una situación que agudiza las disparidades sociales, donde los precios desproporcionados afectan a los más vulnerables.

El estado desgastado de las tuberías, con un alarmante 50 % de daño, agrava esta crisis hídrica, causando filtraciones y desperdicios inútiles.

Se están destinando recursos sustanciales para mejorar la distribución del agua, con el objetivo de llegar a los sectores más necesitados.

Además, se vislumbra la construcción de una nueva represa que podría ser la tabla de salvación para la ciudad en los próximos años.

Sin embargo, los desafíos de Tegucigalpa no se limitan a la geología y la distribución de servicios básicos.

El caótico panorama del tráfico, con 800.000 vehículos en calles diseñadas originalmente para albergar a una fracción de esa cifra, ha exacerbado la calidad de vida en la ciudad.

Ante esta problemática, se están evaluando estrategias como la implementación de medidas similares a las adoptadas en Quito, Ecuador, para reducir el tráfico en horas pico. Además, se busca fomentar el trabajo desde casa, involucrando al sector privado en esta iniciativa.

Tegucigalpa, envuelta en riesgos geológicos, desafíos de infraestructura y problemas sociales, se encuentra en una encrucijada crucial.

El liderazgo de Aldana se ha convertido en un faro de esperanza, guiando a la ciudad hacia un futuro más seguro y próspero.

Sin embargo, la magnitud de los desafíos demanda un esfuerzo colectivo, una alianza entre el gobierno, el sector privado y la comunidad, para transformar esta ciudad en un hogar verdaderamente seguro y sostenible para todos sus habitantes.