Enfrentamiento entre vendedores ambulantes y Policía Municipal: Tensión en el centro capitalino

Un tenso choque entre vendedores ambulantes y la Policía Municipal en el centro capitalino derivó en la confiscación de mercancía. Vidrios rotos y vendedoras golpeadas marcaron el altercado, desencadenando un debate sobre la regulación de la actividad informal.

Honduras.- En un tenso y dramático escenario, vendedoras ambulantes, desconsoladas y afectadas físicamente, denunciaron un enfrentamiento con miembros de la Policía Municipal que culminó en la confiscación de sus productos en el corazón del centro de la capital.

El incidente, marcado por la tensión y la emotividad, dejó como saldo no solo mercancía decomisada, sino también vidrios rotos en un vehículo oficial y heridas visibles en varias de las vendedoras.

El conflicto se desencadenó cuando agentes de la Policía Municipal se presentaron en la zona y procedieron al decomiso de la mercadería de los vendedores ambulantes.

Lo que inicialmente parecía ser un operativo de control y despeje de la vía pública pronto se tornó caótico y violento.

Testigos relatan que las vendedoras, desesperadas por mantener su única fuente de ingresos, intentaron resistirse al decomiso, dando lugar a un enfrentamiento físico entre ambas partes.

En medio del forcejeo, el vehículo perteneciente a la Autoridad Metropolitana de Desarrollo y Control resultó con los vidrios destrozados, mientras que las vendedoras, en un estado de angustia y desamparo, mostraron lesiones evidentes, fruto del altercado con los agentes de seguridad municipal.

Las afectadas, en un intento por visibilizar su situación, expusieron ante los medios de comunicación los golpes sufridos, clamando por justicia y solicitando al alcalde de la ciudad que retire la presencia policial en la zona.

«No somos delincuentes, solo buscamos llevar sustento a nuestros hogares y a nuestros hijos. No pueden arrebatarnos nuestro trabajo diario», expresó una de las vendedoras afectadas.

Las versiones sobre el incidente difieren considerablemente. Mientras las vendedoras alegan que su resistencia fue una respuesta a la confiscación injusta de sus medios de subsistencia, los agentes municipales sostienen que los vendedores estaban obstruyendo el tránsito peatonal y que su actuación se basó en procedimientos de desalojo de la zona.

El enfrentamiento atrajo la intervención de la Policía Nacional, cuyos agentes se presentaron en el lugar para evitar una escalada mayor de confrontación entre los vendedores ambulantes y las autoridades locales.

Actualmente, se está llevando a cabo un proceso de mediación entre los representantes de la Policía Municipal y las autoridades correspondientes, con la esperanza de encontrar una solución que atienda las preocupaciones tanto de los vendedores afectados como de las autoridades gubernamentales.

Este incidente ha desatado un debate sobre la regulación de la actividad de los vendedores ambulantes y la necesidad de encontrar un equilibrio entre el orden público y la subsistencia de estos trabajadores informales en la capital.

El desenlace de este enfrentamiento entre vendedores ambulantes y la Policía Municipal no solo refleja la complejidad de regular la actividad informal en el corazón de la ciudad, sino que también pone de manifiesto la fragilidad de la situación económica de aquellos cuyos ingresos dependen de estas ventas callejeras.