HONDURAS
Pastor de María: Juicio en EE. UU. expone fragilidad judicial hondureña
Pastor de María comentó que el juicio contra Juan Orlando Hernández destaca la necesidad urgente de fortalecer la justicia en Honduras.
Honduras.- En un contexto marcado por desafíos significativos en materia de corrupción y narcotráfico, el juicio en Estados Unidos al expresidente hondureño Juan Orlando Hernández es un espejo de las profundas fisuras en la institucionalidad judicial de Honduras.
Las recientes declaraciones del ministro de la Presidencia, Rodolfo Pastor de María y Campos, subrayan la necesidad de fortalecer los mecanismos de justicia en el país, en un momento en que las acusaciones de narcotráfico y confabulación con el crimen organizado contra Hernández capturan la atención internacional.
Durante los últimos 12 años, las autoridades judiciales hondureñas enfrentaron críticas por su inacción frente a figuras con presuntas implicaciones criminales, una situación que Pastor de María destaca al señalar la ineficacia en la persecución de delitos de corrupción y narcotráfico.
«La Fiscalía y la Corte que estuvieron encargadas de las investigaciones a lo largo de los últimos 12 años no tomaron medidas adecuadas contra personas con implicaciones en crímenes», afirmó el ministro.
La extradición de Hernández a Estados Unidos, según el ministro, no solo simboliza un paso hacia la justicia, sino que también refleja la colaboración internacional como una herramienta clave en la lucha contra el crimen organizado.
La denuncia de estas prácticas no es nueva. La resistencia de Libre, desde eventos como el golpe de Estado y las controversias electorales, ha venido alertando sobre la consolidación de un régimen caracterizado por la corrupción y el autoritarismo.
Estas acusaciones, que hoy encuentran eco en el juicio de Hernández en Nueva York, evidencian un patrón de conducta que, según Pastor de María, trasciende a un solo individuo y se extiende a sectores amplios de la sociedad hondureña, incluyendo la esfera privada y el sistema financiero.
Ante las menciones de otros políticos, incluso de su propio partido, en investigaciones o señalamientos, el ministro enfatiza la importancia de distinguir entre especulaciones y acusaciones fundadas, instando a la fiscalía hondureña a profundizar en las investigaciones pertinentes.
La situación de Hernández y las implicaciones que esto tiene para el país no solamente resaltan la figura del expresidente como el centro de un entramado criminal de gran alcance, sino que también señalan un compromiso pendiente con la justicia y la sociedad hondureña.
“Lo que estamos viendo no solamente implica a Juan Orlando, sin duda alguna él es la cabeza de un monstruo que aquí llegó a penetrar no solamente las estructuras del Estado, sino una gran parte de la sociedad hondureña incluso de la empresa privada, el sistema financiero y bancario; aquí tenemos que hacer justicia y nos va a tomar mucho tiempo, pero yo creo que es una gran deuda que tenemos con la sociedad”
El caso de Juan Orlando Hernández no es únicamente un episodio judicial; es un llamado a la reflexión sobre la urgencia de implementar reformas profundas en el sistema de justicia hondureño.
Este juicio en Estados Unidos podría ser un punto de inflexión, una oportunidad para que Honduras redoble esfuerzos en pro de un futuro donde la justicia prevalezca sobre la impunidad.
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