11 de abril «Día Mundial del Parkinson»

El Día Mundial del Párkinson, que se celebra el 11 de abril, pone este año el foco en las otras caras de la enfermedad, una patología comúnmente asociada a los temblores que, sin embargo, solo padece el 40% de los afectados mientras que otro 40% presenta como primer síntoma la depresión.

En el año 1997 la Organización Mundial de la Salud (OMS)  el 11 de abril como el Día Mundial del Parkinson.

Esta fecha coincide con el aniversario del nacimiento de James Parkinson, un neurólogo británico que en 1817 descubrió lo que en aquel tiempo denominó parálisis agitante y que hoy conocemos como enfermedad de Parkinson.

La enfermedad de Parkinson es una condición degenerativa, progresiva y crónica del sistema nervioso que se caracteriza por causar severos daños neurológicos, generando alteraciones en el control y coordinación de los movimientos del cuerpo, así como rigidez muscular.

El daño aparece cuando las células del sistema encargadas de producir dopamina, una hormona que regula el movimiento, detienen su producción y esto termina por desencadenar la enfermedad.

El Parkinson es la segunda enfermedad neurodegenerativa más frecuente, luego del Alzhéimer.

Los síntomas aparecen de forma progresiva, afectando algunas zonas del cuerpo como las manos, los brazos, las piernas y la cara. Luego se extiende a todo el cuerpo, causando rigidez motora, temblores, problemas de equilibrio y coordinación.

Aunque la enfermedad de Párkinson no tiene cura en la actualidad, existen medicamentos que podrían paliar notablemente los efectos de los síntomas.

Estos son los síntomas más comúnmente asociados a esta enfermedad del sistema nervioso.

• Temblores. Este es el síntoma más generalizado, que suele iniciarse en una sola mano.
• Lentitud en los movimientos (bradicinesia). La enfermedad puede retardar los movimientos de forma progresiva, haciendo que las tareas simples sean difíciles y lleven más tiempo.
• Rigidez muscular. La rigidez muscular puede ocurrir en cualquier parte del cuerpo. Los músculos rígidos pueden ser dolorosos y limitar la amplitud de movimiento.
• Alteración de la postura y el equilibrio. La postura puede volverse encorvada o puede provocar problemas de equilibrio.
• Pérdida de los movimientos automáticos. Disminuye la capacidad para realizar movimientos inconscientes, como parpadear, sonreír o balancear los brazos cuando caminas. Esto también puede afectar a la expresión facial.
• Cambios en el habla. Se puede volver baja, rápida, o insultar o dudar antes de hablar. El habla puede ser en un solo tono en lugar de tener las inflexiones habituales.
• Cambios en la escritura. Puede resultarle cada vez más difícil al paciente escribir y su letra puede parecer pequeña.

Existen una serie de síntomas a los que también se les debe prestar especial atención.

• Dificultad para pensar. Problemas cognitivos como la demencia y dificultad para pensar. Esto suele suceder en las etapas más avanzadas y no suelen responder a los medicamentos.
• Depresión y cambios emocionales. La depresión es muy común, en ocasiones en las primeras etapas. Otros cambios emocionales que se pueden experimentar incluyen ansiedad o pérdida de motivación.
• Problemas para masticar, comer y tragar. En etapas avanzadas de la enfermedad, los músculos de la boca se pueden ver afectados, dificultando la masticación, tragar y acumulaciones de saliva en la boca, que pueden provocar babeo o atragantamientos recurrentes.
• Trastornos del sueño. Las personas con enfermedad de Párkinson a menudo tienen problemas para dormir, que incluyen el despertar frecuentemente durante la noche, despertar temprano o quedarse dormidos durante el día. Según la Sociedad además, el 50% de los pacientes presenta previamente trastorno del sueño REM.
• Problemas con la vejiga. La enfermedad de Párkinson puede ocasionar problemas en la vejiga que incluyen la incapacidad de contener la orina o tener problemas para orinar.
• Estreñimiento. Muchos enfermos manifiestan estreñimiento, principalmente porque su sistema digestivo funciona más lento.