Conciencia Política
“Si no actuamos es culpa de todos”: El diagnóstico más duro sobre la crisis hondureña según Isaías Zelaya
Tegucigalpa.- Las declaraciones del analista político y empresario Isaías Zelaya constituyen, quizá, uno de los análisis más agresivos y estructurados sobre el estado actual de Honduras. No se trata solo de denuncias puntuales, sino de una lectura sistémica que combina política, geopolítica, institucionalidad, ciudadanía y fe, construyendo un retrato descarnado de un país al borde del colapso, pero también con una oportunidad de inflexión.
A continuación, una reconstrucción segmentada —con análisis, contexto y citas textuales— que permite dimensionar la magnitud de sus advertencias.
1. La frase que se vuelve un veredicto: “Si no actuamos es culpa de todos”
Zelaya retoma una cita del escritor Juan Ramón para sintetizar el momento nacional:
“Si no actuamos es culpa de todos.”
Desde allí estructura su argumento principal: la crisis actual no es producto exclusivo de los políticos, sino del desinterés ciudadano. Señala que la democracia hondureña está debilitada porque el pueblo dejó de involucrarse.
“Nuestra democracia es fuerte si nosotros estamos involucrados… Si no, tendremos un país débil. Como el que tenemos hoy.”
Su planteamiento tiene un trasfondo claro: Honduras no está así solo por corrupción, sino por tolerancia social a la corrupción.
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2. Un sistema electoral diseñado para beneficiar a quienes lo financian
Zelaya sostiene que no existe igualdad en la competencia electoral. Su crítica no se limita al Consejo Nacional Electoral, sino a toda la estructura que rodea las votaciones:
“El objetivo ha sido siempre el mismo: darle preferencia a los que los corruptos han financiado por años.”
El análisis aquí es contundente:
La institucionalidad electoral fue construida para servir a intereses partidarios, no ciudadanos.
“Tenemos un Consejo Nacional Electoral administrado por los tres partidos… el conejo cuidando las zanahorias.”
Su conclusión analítica es clara:
La democracia hondureña no está en disputa; está capturada.
3. Estado de excepción permanente: una democracia por apariencia
Zelaya denuncia que Honduras vive “en estado de indefensión” desde hace años:
“Nuestras garantías están suspendidas… no comenzó ahorita, comenzó hace casi cuatro años.”
El análisis detrás de esta cita es serio:
Un estado de excepción prolongado deja de ser una herramienta de seguridad y se convierte en un mecanismo de control político.
Peor aún: los contrapesos institucionales —el Congreso y otros órganos— reaccionaron tarde porque:
“No lo hacen porque no les conviene.”
Es una crítica no solo al gobierno, sino al sistema completo.
4. Institucionalidad secuestrada y vigilancia internacional: la geopolítica entra en escena
Aquí comienza uno de los puntos más fuertes de Isaías:
Honduras está tan deteriorada institucionalmente que, según él, Estados Unidos se convirtió en garante informal del proceso electoral.
“Tenemos las instituciones secuestradas, pero un apoyo enorme de alguien más poderoso que el Ejército de Honduras: Estados Unidos.”
Zelaya sostiene que el involucramiento no es retórico:
“Han dicho que actuarán rápido y contundente… pusieron un barco en el Golfo de Fonseca.”
Análisis:
Este argumento refleja el nivel de desconfianza hacia las instituciones hondureñas. La legitimidad del proceso, según Isaías, no depende del Estado hondureño, sino de la vigilancia externa.
5. Señalamiento directo: la cúpula abandona el país
Una denuncia que, de confirmarse, tendría enorme impacto:
“Mel Zelaya ya no está en el país. Xiomara tampoco… Los dejaron solos.”
Zelaya afirma que varios ministros y funcionarios habrían salido del territorio en silencio:
“Muchas de las casas… están vacías y abandonadas.”
Además, repite una predicción directa:
“Joel Zelaya va a venir extraditado… se ha convertido en un terrorista.”
Su lectura analítica:
Los líderes del proyecto político buscan salvarse; quienes quedarán expuestos serán los operadores internos.
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6. Inteligencia ciudadana y desmontaje de intentos de fraude
Zelaya afirma que se han desarticulado al menos 25 intentos de fraude, algunos absurdos, otros extremadamente sofisticados:
“Tenían túneles en cárceles para sacar a presos enrolados… Los descubrieron.”
Más allá de lo literal, lo importante es el análisis:
Zelaya sostiene que las redes sociales se convirtieron en una herramienta de fiscalización más efectiva que las instituciones oficiales.
Es una visión nueva del poder:
El Estado está debilitado; el ciudadano vigilante, fortalecido.
7. ¿Qué pasa si no se respeta la voluntad popular?
Isaías plantea dos escenarios:
-
El pueblo sale masivamente y el gobierno respeta las actas.
-
El gobierno intenta desconocer el resultado.
Sobre el segundo escenario, advierte:
“Después del 30 no pasan de 30 personas que hay que ir a buscar… no se van a escapar.”
Más allá de la literalidad, el mensaje analítico es este:
Si la institucionalidad falla, el conflicto deja de ser político para convertirse en personal.
Una advertencia peligrosa que refleja el nivel de tensión del país.
8. El componente ideológico y la confrontación moral
Zelaya introduce la lectura más polémica:
“El objetivo del comunismo es eliminar la religión… destruir a Jesucristo.”
Su acusación directa:
“Mel Zelaya es comunista, socialista, enemigo de Dios.”
Desde el análisis político, este elemento revela algo importante:
La disputa en Honduras no es solo electoral; se ha mezclado con narrativas morales, teológicas y existenciales.
Es una lucha por identidad, no solo por poder.
9. Miseria, no pobreza: el diagnóstico social
Uno de los pasajes más claros:
“El pobre resuelve día a día. El miserable ni eso. Honduras vive miseria.”
Zelaya plantea que la miseria no es un fenómeno natural, sino administrado:
“Si su hijo le pide comida es porque usted no resolvió la comida… Honduras está igual.”
Su análisis:
El país no está mal por falta de recursos, sino por exceso de corrupción.
10. El cierre: voto masivo, ordenado y vigilado
Zelaya resume su tesis final en un llamado directo:
“De aquí al 30 de noviembre no hay tregua. Y si no actuamos es culpa de todos.”
Para él, no se trata solo de votar:
Se trata de votar y vigilar, pues:
“El poder de las redes sociales es tan grande que puede cambiar países… Hoy tenemos esa libertad.”


