Jair Bolsonaro condenado a prisión: la democracia exige responsabilidades

Tegucigalpa.- Este jueves, el expresidente brasileño Jair Bolsonaro fue condenado a 27 años y 3 meses de prisión tras un fallo del Supremo Tribunal Federal (STF) que lo acusa de planear un golpe de Estado tras su derrota electoral en 2022. Se le halló culpable de cinco delitos graves, entre ellos organizar una intentona de abolir la democracia, liderar una organización criminal, y dañar bienes públicos.

El veredicto marca un hito jamás visto en Brasil: nunca antes un expresidente había sido condenado por atentar contra el sistema democrático en esos términos. Aunque actualmente Bolsonaro está bajo arresto domiciliario, la sentencia implica cárcel inicial cerrada, lo que podría cambiar su condición si los recursos judiciales no alteran la decisión.

Cuatro de los cinco jueces que integraron el panel del STF coincidieron en la gravedad de los hechos. Alegan que Bolsonaro instrumentalizó estructuras estatales para generar caos y socavar la transición democrática, incluyendo presiones e incitación a la violencia tras los resultados electorales.

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A pesar de las pruebas, la defensa del expresidente rechaza la condena, calificándola de “excesiva” y denunciando persecución política. Han anunciado apelaciones, pero el fallo representa una advertencia clara de que la ley podría alcanzar incluso a quienes han ocupado los puestos más altos.

Este caso se convierte en un precedente potente para otras democracias que enfrentan retos similares: negar los resultados electorales, incitar violencia política, usar el aparato del Estado para fines personales. Brasil envía hoy una señal: la democracia no puede ser pisoteada impunemente.

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