La amenaza de las drogas sintéticas se cierne sobre Honduras

La Fiscalía hondureña enfrenta un auge preocupante de drogas sintéticas: «cocaína rosa», «chocolates mágicos» y fentanilo circulan peligrosamente. Estas sustancias, consumidas por jóvenes, han generado alarmantes operativos para desbaratar a traficantes y fabricantes.

Honduras.-En una lucha constante contra el crimen organizado y el tráfico de drogas sintéticas, la Fiscalía Especial Contra el Crimen Organizado (FESCCO) y la Dirección de Lucha Contra el Narcotráfico (DLCN) del Ministerio Público de Honduras han intensificado sus operativos para desmantelar redes dedicadas a la fabricación y distribución de sustancias peligrosas en el país.

Las drogas sintéticas, un problema creciente entre la juventud hondureña, incluyen la «cocaína rosa», los «chocolates mágicos» y el fentanilo, que ya están circulando a nivel nacional, junto con otras sustancias como el LSD.

Para arrojar luz sobre esta preocupante situación, un medio de comunicación hondureño de relevancia conversó con el coordinador de la Comisión Técnica Permanente Interinstitucional Sobre Precursores Químicos y Drogas Sintéticas y fiscal asignado a la Fiscalía Especial Contra el Crimen Organizado, José Corea.

El fiscal Corea explicó que la GHB, conocida como la «droga de la violación», se ha convertido en una seria amenaza en forma de «chocolates mágicos».

Esta sustancia, cuando se impregna en productos comestibles, como chocolates, puede causar efectos depresivos o eufóricos, dejando a las víctimas inconscientes y vulnerables al abuso sexual.

Solo este año, se han incautado tres kilos de GHB en un operativo en la colonia Loarque de la capital.

Lo que hace que esta situación sea aún más inquietante es el modus operandi de estas redes criminales.

Los delincuentes se hacen pasar por DJ u organizadores de eventos sociales para promocionar estas drogas sintéticas en lugar de centrarse en la ganancia del evento en sí.

La «cocaína rosa», el GHB y otras sustancias se ofrecen en eventos sociales, conciertos y lugares de recreación, afectando a jóvenes y adultos por igual.

El fiscal Corea señaló que la «cocaína rosa» (también conocida como 2C-B o «Tusibi») es especialmente popular entre los jóvenes y tiene efectos similares a la cocaína blanca, como euforia y alucinaciones.

Estas drogas se distribuyen ampliamente en lugares turísticos, restaurantes y universidades privadas, y se venden en sobres similares a los de condimentos, lo que facilita su transporte y distribución.

En cuanto al fentanilo, el fiscal Corea lo describió como la «droga de la muerte» debido a su potencial adictivo y peligrosidad.

Se ha detectado un desvío de esta sustancia de los hospitales, lo que está siendo investigado. Además, el LSD se distribuye impregnado en stickers, lo que facilita su transporte y consumo entre la juventud.

El problema de las drogas sintéticas no se limita a los jóvenes, ya que los traficantes intentan inducir a los niños a través de gomitas en forma de animalitos que contienen anfetaminas y metanfetaminas.

Se han recibido denuncias de que estas drogas se están vendiendo tanto dentro como fuera de los centros educativos.

Este desafío es aún más complicado debido a la complejidad en la investigación de estas drogas sintéticas y la impunidad que rodea a las mafias que operan en el tráfico de estas sustancias.

La participación de farmacias, laboratorios y droguerías en la importación, exportación y reformulación de sustancias químicas contribuye a la dificultad de controlar esta problemática.

Además, Honduras se ha convertido en una nueva ruta para el fentanilo con el potencial de inundar Centroamérica con esta droga altamente mortal.

Las mafias han optado por cambiar las vías marítimas tradicionales debido a los constantes decomisos.

Un reciente decomiso de 48,600 ampollas de fentanilo confirmó a Honduras como un puerto de desembarco masivo de esta peligrosa droga.

La lucha contra las drogas sintéticas en Honduras sigue siendo un desafío importante que requiere esfuerzos conjuntos de las autoridades y una mayor especialización en la investigación de estas sustancias peligrosas.

La amenaza de estas drogas sigue creciendo y afecta tanto a jóvenes como a adultos, lo que subraya la necesidad de abordar este problema con urgencia y determinación.