Connect with us

Clima

Temporada de huracanes en el Atlántico 2025 será activa, pero no catastrófica

Published

on

Condiciones oceánicas cálidas y factores atmosféricos sugieren una temporada más intensa que el promedio, aunque sin los excesos de años recientes.

Madrid, España.- La temporada de huracanes del Atlántico 2025 inicia este 1 de junio con pronósticos que apuntan a una actividad más intensa de lo normal, pero sin alcanzar la virulencia extrema de los años anteriores.

Así lo advierten diversos centros de monitoreo climático, entre ellos la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA) y el Instituto Español de Oceanografía (IEO).

Con un 60 % de probabilidad de que la temporada supere los promedios históricos, un 30 % de mantenerse dentro de la media y apenas un 10 % de situarse por debajo, los expertos estiman la formación de entre 6 y 10 huracanes en la cuenca atlántica.

A pesar de este escenario activo, los especialistas descartan un año extraordinario como el 2023 o 2024.

“La temporada será más intensa que la media climática, pero no superintensa”, puntualiza el oceanógrafo Ignasi Vallès Casanova, del IEO.

Advertisement

Según explica, la temperatura superficial del mar —factor determinante en la formación de ciclones— se mantiene por encima de los 26 grados Celsius, umbral crítico para el desarrollo de estos sistemas en zonas tropicales.

Lea: Inicia temporada ciclónica en el Pacífico

Temperaturas elevadas, pero no extremas

El Atlántico continúa registrando anomalías térmicas, con temperaturas entre 1 y 1.5 grados por encima de lo habitual.

Sin embargo, se mantienen por debajo de los récords alcanzados en 2023 y 2024, años en los que se vivieron temporadas anómalamente activas con temperaturas oceánicas que superaron los 2 e incluso 3 grados de desviación en algunos sectores del norte atlántico.

Durante 2023, la región presenció 7 huracanes, 3 de ellos de categoría mayor, mientras que en 2024 se contabilizaron 11 huracanes, 5 de alta intensidad.

Advertisement

Este año, aunque los registros siguen siendo anómalos, el nivel térmico es más moderado, lo que lleva a los expertos a prever una temporada activa, pero sin llegar a cifras desbordadas.

Influencia del fenómeno ENSO

No solo el Atlántico dicta el rumbo de los huracanes. Las condiciones del océano Pacífico —particularmente en la zona ecuatorial— también influyen de manera directa en la formación de estos fenómenos.

Según Vallès, actualmente se registra una situación “neutral, con tendencia a La Niña”, lo que contribuye a una atmósfera más inestable en el Atlántico y, por ende, más propicia para la generación de ciclones.

Durante episodios de La Niña, como en 2024, los vientos en altura se debilitan, facilitando el desarrollo vertical de tormentas en el Atlántico.

Por el contrario, en fases de El Niño —cuando el Pacífico ecuatorial se calienta— las condiciones atmosféricas se estabilizan y la probabilidad de huracanes disminuye.

Advertisement

“El escenario actual, con un Atlántico cálido y un Pacífico neutro tirando a frío, crea un cóctel favorable para una temporada activa, aunque sin llegar a ser excepcional”, resume el investigador.

Vea: Cambio climático pondrá en riesgo extremo a 2.500 millones

Efectos indirectos en Europa

Aunque los huracanes del Atlántico no impactan directamente a Europa, sí pueden dejar efectos indirectos sobre la península ibérica.

Vallès explica que muchos ciclones, al debilitarse, migran hacia el norte y se transforman en ciclones extratropicales que son arrastrados por la circulación general de los vientos del Atlántico norte.

Estos sistemas degradados suelen impactar el oeste de Europa, en particular durante el otoño, provocando lluvias intensas e incluso inundaciones.

Advertisement

“No llegan como huracanes, pero pueden generar impactos relevantes, especialmente cuando coinciden con suelos saturados y cuencas fluviales ya comprometidas”.

Además, la progresiva elevación térmica en aguas europeas permite que algunos de estos ciclones recuperen fuerza antes de disiparse, un fenómeno cada vez más frecuente y preocupante.

Escenario regional: vigilancia reforzada

Ante este panorama, los países del Caribe, Centroamérica y el golfo de México deben mantener una vigilancia constante.

Aunque no se espera una temporada de extremos históricos, las condiciones están dadas para la formación de sistemas peligrosos.

En contextos de vulnerabilidad climática, como los que enfrentan naciones con infraestructuras débiles o sistemas de alerta limitados, incluso una temporada “moderadamente intensa” puede traducirse en pérdidas humanas y materiales significativas.

Advertisement

Te puede interesar: 65 % del territorio de Tegucigalpa es vulnerable, advierte Aldana

Advertisement
Click to comment

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Advertisement
Advertisement