Economía
EE. UU. amenaza remesas hondureñas con nuevo impuesto

Un eventual tributo del 3.5 % a las remesas enviadas desde Estados Unidos podría generar un impacto económico superior a los 275 millones de dólares anuales en Honduras.
Tegucigalpa, Honduras.- La advertencia proviene del coordinador de Investigaciones del Foro Social de la Deuda Externa de Honduras (Fosdeh), Mario Palma, quien explicó que la propuesta aprobada por la Cámara de Representantes de EE. UU. —como parte de un nuevo paquete fiscal que aún debe pasar por el Senado— afectaría directamente a los hogares más vulnerables del país centroamericano.
Según el economista, las remesas constituyen “el principal rubro de captación de divisas” para Honduras, superando incluso las exportaciones.
“Honduras es un país remeso-dependiente”, afirmó, y añadió que los flujos familiares enviados desde el extranjero “han sido más eficaces que muchas políticas públicas para sacar a familias de la pobreza”.
Un impacto directo sobre la economía familiar
Solo en el primer cuatrimestre de 2025, el Banco Central de Honduras (BCH) reportó ingresos por remesas de 3.608,9 millones de dólares, lo que representa un aumento del 20,9 % frente al mismo periodo de 2024.
De esa cifra, el 80 % provino de Estados Unidos, donde residen alrededor de 1,8 millones de hondureños.
Palma advirtió que si el impuesto entra en vigor, las reservas internacionales del país podrían experimentar un deterioro, así como el balance de pagos.
No obstante, el efecto más dramático se daría a nivel doméstico, considerando que el 25 % de los hogares hondureños recibe remesas. Y en el 10 % de ellos estas constituyen su única fuente de ingresos, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).
“Una familia que reciba 500 dólares mensuales, tras la aplicación del impuesto, obtendría solo 482,50 dólares. Esto incidiría directamente sobre el consumo de bienes esenciales, pues el 80 % de las remesas se utiliza en alimentación, vivienda, salud y educación”, recalcó Palma.
Proyecciones y riesgos en el horizonte
Durante 2024, Honduras recibió 7.858 millones de dólares en remesas, cifra que podría ascender a más de 10.259 millones en 2025 y superar los 10.670 millones en 2026, según proyecciones oficiales.
De aplicarse el impuesto del 3.5 %, el país perdería alrededor de 359 millones de dólares anualmente, según estimaciones preliminares, reduciendo su capacidad de respuesta macroeconómica y profundizando la desigualdad social.
Además del impacto económico, el experto advirtió sobre un agravamiento del contexto migratorio.
“La persecución creciente a los migrantes indocumentados en EE. UU. reduce su estabilidad laboral y, por ende, su posibilidad de enviar remesas. Es una combinación de medidas que presiona el sistema económico de países receptores como Honduras”, señaló.
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¿Qué puede hacer Honduras?
Ante este panorama, Palma instó al Gobierno hondureño a actuar en dos frentes: interno y externo.
A nivel nacional, propuso atacar las causas estructurales de la migración, como el desempleo, la inseguridad y la débil institucionalidad judicial.
En el plano diplomático, recomendó establecer canales de diálogo con EE. UU. para buscar un tratamiento fiscal diferenciado que no penalice a los migrantes centroamericanos.
El especialista también planteó la posibilidad de que los migrantes recurran a métodos alternativos de envío para evitar el gravamen.
Como remesas informales a través de terceros o en especie (ropa, medicamentos), aunque reconoció que estas vías serían menos eficientes, más lentas y más riesgosas.
Finalmente, Palma exhortó a las familias receptoras a implementar una gestión más estratégica del dinero enviado, promoviendo el ahorro, la inversión productiva y la diversificación de ingresos, a fin de amortiguar el impacto potencial de una medida que, de concretarse, podría comprometer no solo la economía familiar, sino también la estabilidad macroeconómica del país.