INTERNACIONALES
¿Paz arancelaria entre China y EE. UU.?

China y EE. UU. acuerdan reducir aranceles, marcando un avance clave en la guerra comercial tras intensas negociaciones en Ginebra.
Ginebra/Pekín.- China y Estados Unidos han alcanzado un acuerdo histórico que reducirá significativamente los aranceles mutuos como parte de un esfuerzo para frenar la guerra comercial que ha marcado la relación entre ambas potencias este año.
El pacto, anunciado este lunes mediante un comunicado conjunto, reducirá los aranceles impuestos por ambas naciones.
Con China recortando sus tarifas sobre productos estadounidenses del 125 % al 10 % durante los próximos 90 días, y EE. UU. disminuyendo sus aranceles sobre productos chinos del 145 % al 30 %.
Este acuerdo se formalizó tras intensas negociaciones realizadas el fin de semana en Ginebra, donde representantes de ambos gobiernos discutieron estrategias para evitar una nueva escalada económica.
El acuerdo no solo contempla una reducción de tarifas, sino también la creación de un mecanismo permanente de consulta, que será dirigido por el viceprimer ministro chino He Lifeng, el secretario del Tesoro de EE. UU., Scott Bessent, y el representante comercial de EE. UU., Jamieson Greer.
Este mecanismo de diálogo tiene como objetivo mantener una comunicación constante para prevenir futuros conflictos comerciales, lo que representa un avance tangible en las relaciones bilaterales y la distensión de la guerra arancelaria.
Fentanilo, tema crucial en las negociaciones
Uno de los aspectos más relevantes del acuerdo fue la inclusión de la crisis del fentanilo, un opioide sintético que ha causado estragos en la salud pública estadounidense, como tema central de la negociación.
En un giro significativo, el alto representante comercial de EE. UU., Jamieson Greer, destacó que por primera vez en las negociaciones, China abordó directamente la crisis del fentanilo y entendió la gravedad del problema en EE. UU.
El consumo de fentanilo y la exportación ilegal de sus precursores químicos por parte de China había sido una fuente de tensiones en las relaciones comerciales entre ambos países, con EE. UU. presionando a Pekín para tomar medidas más estrictas contra la producción de esta droga.
“Hubo un compromiso sorprendente al abordarse la crisis del fentanilo. Era la primera vez que China entendió la magnitud de lo que pasa en Estados Unidos”, comentó Greer, subrayando el avance alcanzado durante los dos días de discusiones en Ginebra.
Un paso hacia la reconciliación económica
El secretario del Tesoro de EE. UU., Scott Bessent, también expresó su satisfacción con los resultados de la reunión, destacando la voluntad de China para avanzar en la discusión sobre la guerra comercial y el respeto mutuo que prevaleció durante las conversaciones.
Según Bessent, el acuerdo representa una oportunidad para «reparar las relaciones que se habían dañado» durante los intensos intercambios de aranceles.
Además, subrayó la importancia del nuevo mecanismo de consulta para evitar una nueva escalada comercial similar a la ocurrida en los últimos dos meses.
La guerra comercial entre China y Estados Unidos se intensificó desde abril con la imposición de aranceles adicionales a productos de ambos países, lo que llevó las tarifas a niveles sin precedentes.
Estos nuevos aranceles provocaron una reacción negativa en los mercados internacionales y elevaron las tensiones económicas globales.
Con la firma de este acuerdo, se espera que las relaciones comerciales entre las dos potencias se estabilicen y den paso a un periodo de mayor cooperación y diálogo.
Perspectivas futuras
El acuerdo alcanzado en Ginebra marca un cambio significativo en la dinámica comercial entre China y EE. UU. y es un paso positivo hacia la reconstrucción de relaciones más estables.
Sin embargo, la implementación efectiva de este pacto dependerá de la voluntad de ambos países de mantener el diálogo y respetar los compromisos alcanzados, especialmente en áreas delicadas como el comercio de productos farmacéuticos y la regulación del fentanilo.
Con este nuevo enfoque diplomático, ambas potencias han dado señales claras de que están dispuestas a evitar una guerra comercial prolongada, buscando soluciones que beneficien a ambas economías y a la estabilidad global.
El futuro de esta relación estará marcado por la capacidad de los líderes de ambas naciones para gestionar las complejidades del comercio global en un contexto de creciente interdependencia económica.
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