HONDURAS
Nueva Constituyente: ¿mejoras reales o perpetuación de poder?

Honduras no mejorará con una nueva Constitución, asegura el abogado Juan Carlos Barrientos; quienes proponen el cambio buscan intereses políticos, no el bienestar del país.
Tegucigalpa, Honduras.- El país no mejorará con nueva Constitución, los que proponen cambiarla tiene fines aviesos asegura el abogado constitucionalista Juan Carlos Barrientos
Barrientos ha declarado que el actual gobierno busca instaurar una Asamblea Nacional Constituyente. Una estrategia que, según él, tiene objetivos claramente políticos y no una verdadera intención de mejorar el bienestar del país.

Barrientos expone que la idea de una nueva Constitución responde a intereses políticos y no a una verdadera necesidad de cambio estructural en Honduras.
El constitucionalista aseguró que el gobierno ya está en busca de asesores para llevar a cabo este proyecto.
Sin embargo, destacó que la mayoría de las reformas constitucionales pueden realizarse dentro del marco actual, sin necesidad de convocar a una nueva constituyente.
Según el experto, el 97% de la Constitución de la República puede ser reformado mediante el Congreso Nacional, con una mayoría calificada de 86 votos.
Sin embargo, advirtió que el 3% restante, compuesto por artículos pétreos, no es susceptible de modificación.
Estos artículos incluyen disposiciones clave como la reelección presidencial, la soberanía territorial y el proceso de reforma constitucional.
Barrientos recordó que, aunque en el pasado la Sala de lo Constitucional habilitó de manera ilegal la reelección presidencial, esta sigue siendo una medida inconstitucional.
«Estos artículos incluyen temas fundamentales como la reelección presidencial, la soberanía del territorio y el procedimiento de reforma constitucional. En el pasado, la Sala de lo Constitucional habilitó la reelección de manera abusiva, lo cual consideró ilegal e inconstitucional»
La reforma constitucional y la consulta popular
El constitucionalista destacó que, aunque la Constitución contempla la figura del plebiscito y el referéndum en su artículo 5, la convocatoria a una Asamblea Constituyente o la reforma de los artículos pétreos solo puede llevarse a cabo mediante una consulta popular.
En ese sentido, Barrientos explicó que si el pueblo aprueba la idea de una nueva Asamblea a través de un plebiscito, el proceso podría iniciarse.
Sin embargo, sostuvo que la reforma de la Constitución no requiere de este mecanismo y que el Congreso tiene la capacidad de reformar la mayoría de los artículos sin recurrir a una Constituyente.
«Si el pueblo vota a favor de una Asamblea Constituyente mediante un plebiscito, esta podría llevarse a cabo. También, si el Congreso Nacional aprueba una ley para convocarla y posteriormente el pueblo la ratifica en referéndum, se haría realidad. Pero sigo sosteniendo que esto no es necesario, ya que la mayoría de reformas pueden hacerse sin recurrir a esa vía»

El jurista explica que el 97 % de la Constitución se puede reformar sin necesidad de una Constituyente
Una estrategia política disfrazada de cambio estructural
Barrientos señaló que, detrás de la propuesta de una nueva Constitución, se encuentran intereses políticos, no un deseo genuino de cambiar la estructura del Estado hondureño.
«Nos quieren vender el cuento de que Honduras mejorará con una nueva Constitución, pero esto tiene fines aviesos. Lo que buscan es perpetuarse en el poder, tal como lo hicieron en su momento Evo Morales, Hugo Chávez y Rafael Correa en América del Sur. Utilizaron la Constituyente para extender el período de gobierno, otorgar poderes ilimitados al Ejecutivo y debilitar al Poder Legislativo y al Judicial»
Además, Barrientos cuestionó las prioridades del gobierno y su enfoque en temas políticos en lugar de abordar problemas fundamentales como la educación y la salud.
Sostuvo que si realmente les importara la situación social y económica del país, estarían invirtiendo en hospitales y escuelas en lugar de destinar millones de lempiras a proyectos políticos.
El abogado finalizó reiterando que la convocatoria a una Asamblea Constituyente responde más a una estrategia para mantener el poder que a una necesidad real de reforma.
«Este es y siempre será un tema de carácter político. No les interesa mejorar las condiciones del pueblo hondureño, sino asegurar su permanencia en el poder»