INTERNACIONALES
Régimen Ortega-Murillo intensifica represión contra la iglesia católica
El régimen Ortega-Murillo detiene a dos vicarios de la Diócesis de Matagalpa, intensificando la represión contra la Iglesia Católica en Nicaragua.
Nicaragua.- La dictadura de Daniel Ortega sigue atacando al clero nicaragüense.
El jueves 1 de agosto, la Policía Nacional detuvo a los vicarios de la Diócesis de Matagalpa, Ulises René Vega Matamoros, párroco de la iglesia de San Ramón, y monseñor Edgard Sacasa, párroco de la iglesia de San Isidro.
Las detenciones, denunciadas por el exiliado sacerdote Edwin Román, se produjeron en medio de crecientes tensiones entre el Gobierno de Ortega y la Iglesia católica.
Román, crítico del régimen sandinista, acusó en la red social X a la «dictadura de Ortega y Murillo» de aprovechar la atención mundial sobre Venezuela para continuar la persecución contra la Iglesia Católica.
“La dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo aprovechan la atención mundial sobre Venezuela para encarcelar a (dos) sacerdotes en Nicaragua, y continuar (la) persecución a la Iglesia Católica, en medio del silencio cómplice y la falta de valentía por predicar genuinamente el Evangelio”
Según el portal República 18, Vega Matamoros es también vicario judicial y responsable de la pastoral familiar de la diócesis, mientras que Sacasa se desempeña como vicario pastoral.
Las detenciones ocurrieron coincidiendo con las fiestas populares en honor a Santo Domingo de Guzmán en Managua.
Estas festividades, de las pocas actividades religiosas permitidas por el régimen, son coordinadas por la Alcaldía capitalina y la Policía Nacional.
Hasta el momento, ni el Gobierno de Nicaragua ni la Policía Nacional han emitido declaraciones sobre estas detenciones, lo cual es habitual en casos de represión clerical.
Antecedentes
La Diócesis de Matagalpa está dirigida desde el exilio por el obispo Rolando Álvarez, quien fue excarcelado y enviado a Roma en enero pasado.
Este traslado se realizó como parte de un acuerdo entre el Gobierno nicaragüense y la Santa Sede, que también incluyó a otros 15 sacerdotes y dos seminaristas.
El 18 de octubre pasado, el Gobierno excarceló a 12 sacerdotes y los envió al Vaticano, aunque Álvarez no estaba entre ellos debido a su negativa a abandonar el país.
Previamente, en febrero de 2023, otros ocho sacerdotes fueron liberados y enviados a Estados Unidos junto a 222 presos políticos.
La negativa de Álvarez a dejar Nicaragua en febrero resultó en su encarcelamiento en una prisión de máxima seguridad y una condena de 26 años por traición a la patria.
Además, fue despojado de su nacionalidad y suspendido de sus derechos ciudadanos de por vida, lo que provocó la ira de Ortega, quien lo calificó de «soberbio» y «energúmeno» en cadena nacional.
Las relaciones entre el Gobierno de Ortega y la Iglesia Católica están en su punto más crítico, caracterizadas por la expulsión y encarcelamiento de sacerdotes, la prohibición de actividades religiosas y la suspensión de relaciones diplomáticas.